Las Cuevas de Ortigosa

El macizo del Encinedo es un monte de 1.073 metros de altitud, cubierto por encinas y donde se encuentran las Grutas de La Paz y de la Viña. Se encuentra a la entrada de la villa y en él existe una cantera de dónde se extrajo la piedra para el embalse González Lacasa, siendo el frente de esta antigua explotación donde se hallan las bocas naturales de ambas Grutas.

Este es un macizo calcáreo formado en el Dogger, serie del Jurásico que tuvo lugar hace unos 160 millones de años. Las cuevas no son sino el reflejo de la acción del agua (ríos antiguos, lluvia y nieve) y de su poder disolvente frente a las calizas. Este agua, cargada de bicarbonato disuelto, precipitaría posteriormente en determinadas condiciones climáticas y daría lugar a las espectaculares estructuras que podemos ver en las cavidades.

Gruta de la Paz. Es, de las dos cavidades acondicionadas para la visita, la que posee dos bocas y se encuentra en la parte superior de la cantera.

Tiene un recorrido de 236 metros y, en principio, la galería desciende unos cinco metros para seguir en horizontal durante todo su recorrido. Posee en su interior espectaculares muestras del karst de la zona: estalactitas, estalagmitas, columnas, etc. y muchas estructuras que son claramente un capricho de la naturaleza.

Gruta de la Viña. Posee una sola abertura para la entrada y salida. Esta boca se encuentra, como se ha dicho, en el frente de la cantera, teniendo la cavidad un recorrido de 114 metros.

También es predominantemente horizontal y posee un rico conjunto de estalactitas de un blancura impresionante, lo cual, sumado a sus dimensiones e iluminación, dan al visitante la impresión de estar en un mundo diferente que se rige por el silencio y donde el tiempo parece no importar.